Fintis era discípula de la escuela pitagórica.
Escribió un tratado sobre el comportamiento moral de la mujer,
titulado Sobre la templanza de la mujer, donde defendía la
importancia de tener una actitud moderada ante la vida y ante las cosas que ocurren,
evitando los extremismos, la importancia de vivir en armonía con uno mismo, de
no exagerar en nada.
Según la opinión de Fintis es de esperar que los hombres
prefieran la moderación, ya que ellos determinan la vida pública. En su tiempo
eran muchos los que pensaban que las mujeres no debían hablar en la asamblea,
ni filosofar, ni realizar otras tareas “asignadas a los hombres”.
Los dos, hombre y mujer, deben practicar “la valentía, la
justicia y la comprensión”.
Y es que Fintis reflexionó principalmente sobre cómo obrar
correctamente. “¿Qué debemos hacer?” es la pregunta que se hace la ética.
La ética es una rama de la filosofía. Se ocupa de su
vertiente práctica. La palabra viene del griego “ethikós”, que podría
traducirse como “costumbre”. Para Fintis, la ética era el eje central a la hora
de filosofar.
“Aprende a
vivir en armonía contigo y con las demás personas. No hagas interpretaciones
exageradas de lo que te ocurre, pero no aceptes los prejuicios de tu sociedad
sobre las tareas asignadas a los hombres o a las mujeres. Intenta comprender el
mundo y las razones para actuar de un modo o de otro. Sé valiente y practica la
justicia.”
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